Publicado por : Curro
En este artículo trataremos los usos y utilidades que tiene la oximetría de pulso o pulsioxímetros alrededor de la ascensión y vida en la alta montaña, tanto por los lugareños habituales como por los escaladores esporádicos.
A partir de cierta altitud se producen una serie de cambios en cuanto a la presión atmosférica y la densidad de oxígeno, disminuyendo ambos especialmente cuando superamos la cota de los 2.500m. Esto va a desencadenar en un aporte bajo de oxígeno al organismo, conocido como hipoxia, la cual cuando empeora puede derivar en el llamado "Mal agudo de montaña"; los síntomas descritos del mismo pueden ser tanto de carácter leve (mareos, cefalea, nauseas y vómitos, falta de apetito, agotamiento físico, trastornos del sueño) como graves (edema cerebral o pulmonar) pudiendo ocasionar incluso la muerte, ya sea por efecto directo o por facilitar los accidentes en la montaña.
Debido al peligro ya comentado, se hace imprescindible contar en nuestro equipo con un buen pulsioxímetro u oxímetro de dedo para ir controlando los valores y la evolución de nuestra saturación de oxígeno, la cual nos dará una idea de la afectación que presentamos (a veces sin darnos cuenta) y poder actuar en consecuencia, significando en muchas ocasiones la diferencia entre terminar con éxito la expedición o tener que abandonar, incluso la muerte de algún integrante del equipo. Además, la pulsioximetría puede resultar muy útil para valorar el grado de aclimatación de los alpinistas, y así seguir unas estrategias u otras.